De la tradición al liderazgo: rostros del cambio

Por Eva Sierra.

Tradicionalmente percibido como un reino aislado, Bután ha experimentado importantes cambios en las últimas tres décadas debido a su creciente apertura al mundo moderno. Dicha apertura, marcada por la introducción de Internet y la televisión (1999), el uso de teléfonos móviles (2003) y el aumento creciente del turismo (que se inició en 1974) ha generado profundas transformaciones en la sociedad butanesa, particularmente en el papel que desempeñan las mujeres, que es complejo y está aún en proceso de transformación.

Roles tradicionales de la mujer

Históricamente, la sociedad butanesa se describe como matriarcal, ya que el papel de la mujer en la toma de decisiones relacionadas con el hogar era clave. Eran consideradas la cabeza de familia. La herencia ha favorecido siempre a la mujer, siendo matrilineal, con lo que las propiedades, las tierras y todas las posesiones familiares pasaban a las hijas directamente. Era común que el novio se mudara a casa de la novia, y ni la mujer ni sus hijos futuros adoptaban el apellido del padre al casarse ni al nacer.

Siendo un país mayoritariamente budista, se cree que las creencias religiosas en la igualdad entre hombres y mujeres han supuesto una importante influencia en el valor que se ha dado a las mujeres tradicionalmente, creando una estructura social donde ellas siempre han estado muy consideradas.

En el sector agrícola, las mujeres también han estado al mando, participando de forma muy activa en la productividad económica del hogar y la comunidad. De hecho, junto con el sector religioso y el textil, el agrícola es considerado uno de los pilares fundamentales donde las mujeres desarrollaban su trabajo.

Sin embargo, las mujeres se quedaron atrás en otros sectores como en la educación. En los años 70 una niña de cada 50 niños iba a la escuela, con lo que a largo plazo, las oportunidades laborales y de liderazgo han estado mermadas para las mujeres.

Por suerte, el acceso a la educación ha mejorado significativamente, hoy muchas niñas estudian, y las tasas de alfabetización femenina están en aumento, aunque todavía hay una brecha de género en cargos de liderazgo y en áreas como la tecnología o la política.

La mujer en la actualidad

Actualmente el gobierno ha creado iniciativas para empoderar a mujeres líderes, y alineado con la filosofía de la Felicidad Nacional Bruta, un indicador desarrollado en Bután que mide el bienestar y la calidad de vida de la población, también ha integrado la igualdad de género en sus políticas de desarrollo, como parte integral de la felicidad y el bienestar, lo cual ha mejorado notablemente al desarrollo de nuevos roles y ofertas laborales en el sector femenino.

Con la progresiva apertura de Bután al turismo, tecnología y a Internet, ha habido una creciente exposición a diferentes culturas y estilos de vida, lo que ha hecho que las expectativas de las mujeres cambien, con nuevas aspiraciones personales y también laborales. El crecimiento del sector turístico ha abierto nuevas vías para la participación de las mujeres más allá de sectores tradicionales como la agricultura o la industria textil. Sectores como la hostelería, guías o la artesanía se han convertido en un nicho donde las mujeres emprendedoras pueden desarrollar sus capacidades laborales.

Pema, trabaįadora del Departamento de Turismo de Bután, en su puesto dentro del Aeropuerto de Paro

Además, en 2010 se creó la BAOWE, que es una asociación para mujeres emprendedoras, que supone una red de apoyo a todas las mujeres que quieran emprender, principalmente solteras, divorciadas o con escasos recursos, proporcionando plataformas para vender sus productos, desarrollar sus habilidades o expandirse laboralmente en sectores como el turístico.

Con todo esto, y de forma muy progresiva, se ha podido comprobar que el turismo creciente en un país que ha comenzado a recibir visitas hace apenas medio siglo, ha supuesto una notable mejora en el papel de la mujer dentro de la sociedad de Bután.

Desde las reinas consortes del cuarto rey de Bután, que reinó hasta el 2006, que ejercieron una notable influencia política y social, dando especial importancia a la cultura y las artes en Bután, pasando por mujeres líderes espirituales, artistas y emprendedoras que han impulsado el crecimiento económico del país, las mujeres butanesas han dejado una huella imborrable en la historia de su país y especialmente en las últimas décadas, donde desempeñan trabajos tanto en sectores tradicionales como en otros más modernos.

Durante el viaje a Bután he conocido a varias mujeres locales trabajadoras, de ámbitos tan dispares como la agricultura o los alojamientos en “farmhouses”, casas de locales con habitaciones para hospedar turistas, que eran las que se utilizaban hace décadas, antes de la construcción de hoteles y resorts, y que a día de hoy siguen funcionando en las zonas más rurales del país. He hablado con trabajadoras de hoteles en la capital, azafatas de vuelo, empresarias, dependientas en tiendas de artesanía o empleadas de oficinas de turismo, y todas ellas están de acuerdo en una cosa, el turismo y la apertura del país al mundo moderno, ha beneficiado de forma muy positiva a la mujer para que pueda desarrollarse laboralmente.

Muy tímidamente algunas de ellas aspiran a tener sus propios hoteles, abrir sus restaurantes, ser dueñas de grandes tiendas o incluso algún día convertirse en pilotos de Bhutan Airlines. Ójala cumplan todas ellas sus sueños y yo vuelva para poder contarlo.

Este artículo forma parte de las prácticas realizadas por los alumnos del Máster en Periodismo de Viajes y Máster en Periodismo Gastronómico de la School of Travel Journalism

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